¿Qué siginifica biodegradable?

¿Qué siginifica biodegradable?

Coloquialmente, entendemos por biodegradable aquel objeto que puede descomponerse en materiales naturales en el medio ambiente sin causar daño.

Pero a esta definición le falta algo fundamental: para que un material sea biodegradable, esta descomposición se debe llevar a cabo por la acción de los seres vivos. En la práctica, más en concreto, por la acción de las bacterias presentes en el medio. Esto diferencia la biodegradación de otro tipo de procesos de degradación como por ejemplo la fotodegradación, que se produce por la acción de la luz.

Todos los materiales terminan por degradarse. En términos medioambientales, si hablamos de huella ecológica, las cuestiones importantes son dos:

  • Cuánto tarda en degradarse un material en unas condiciones dadas.
  • Cuáles son los residuos de esa degradación.

Por ejemplo, si una sustancia orgánica se biodegrada en dióxido de carbono, agua y otros minerales presentes en el medio de manera natural, la sustancia se mezcla sin problemas en la tierra, sin dejar toxinas. Otros materiales, sin embargo, se descomponen de una manera más dañina, dejando sustancias químicas u otras sustancias perjudiciales en el medio.

Es importante matizar que para que un material no sea dañino, además de descomponerse en materiales presentes en el medio o sin capacidad para interactuar químicamente con él, tampoco debe alterar sustancialmente la concentración de éstos en el ambiente. Tal es el caso de algunos materiales que, aunque no sean intrínsecamente perjudiciales para el medio ambiente, en cantidades abundantes podrían cambiar por ejemplo el ph de suelos y aguas si presentaran niveles muy altos de CO2 en su proceso de descomposición o metales que alteren la acidez del suelo. 

En cuanto a la concentración de sus residuos, como veremos más adelante al hablar de la norma EN13432, la UE establece ciertas condiciones  que debe cumplir un material biodegradable para considerar que no resulta dañino para el medio ambiente.

 

Por lo general, un material biodegradable se descompondrá rápidamente. No deja nada dañino y ahorra espacio en los vertederos.

Obviamente son artículos biodegradables aquellos que proceden directamente de objetos naturales, como los restos de alimentos o la madera que no ha sido tratada con ciertos productos químicos.

También existen otros materiales que, aunque hayan sido procesados de manera industrial, pueden biodegradarse con relativa facilidad, como el papel.

Por último, otros productos se biodegradarán con el tiempo, pero en condiciones naturales pueden tardar años en descomponerse. Esto incluye algunos plásticos y otros derivados del petróleo y del caucho.

Por otro lado, las condiciones son importantes para fomentar la biodegradabilidad. Los productos que se biodegradan en la naturaleza o en instalaciones de compostaje pueden no biodegradarse en los vertederos, donde no se dan las condiciones necesarias de actividad bacteriana, luz y agua para desencadenar o acelerar el proceso.

Productos compostables

Dentro de los productos biodegradables, adquieren una especial relevancia los productos compostables. Estos, incluyen materia orgánica que se descompone fácilmente, mientras que otros artículos biodegradables son capaces de descomponerse en algún momento, pero generalmente necesitan el aporte de agentes biológicos procedentes del medio, como las bacterias, para hacerlo.

Por eso, algunos productos biodegradables deben degradarse en un entorno o instalación de compostaje controlado, que garantice unas condiciones ambientales, especialmente de luz y temperatura, estables durante el tiempo necesario para que se complete el proceso.

A continuación vermos la norma EN 13432 que define cuándo podemos considerar un producto biodegradable y compostable, resolviendo cuestiones como cuánto debe durar el proceso de compostaje o qué caracteristicas debe cumplir la descomposición de un producto para considerarse compostable.

 

Bacterias Arte.

La norma EN 13432

Para el organismo regulador de la UE, la definición de biodegradable y compostable está sujeta a parámetros cuantificables. La EN 13432 de 2002 del Comité Europeo de Normalización recoje las carácterísticas que un material debe tener para ser definido como biodegradable o compostable:

  “Requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Programa de ensayo y criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje”

La norma trata de especificar los conceptos y las diferencias entre biodegradable y compostable, aclarando que este último sólo se debe utilizar para materiales que cumplan ciertos requisitos relacionados con el proceso de dscomposición y la toxicidad del material descompuesto. Así para considerar que un material es compostable debe cumplir los siguientes requisitos:

  • Degradarse al 90% como mínimo en 6 meses, en un ambiente rico en dióxido de carbono, siguiendo los métodos estándar que figuran en la norma EN 14046 ( ISO 14855).
  • En contacto con materiales orgánicos, al cabo de 3 meses como mínimo el 90% de la masa del material debe estar descompuesta en fragmentos de dimensiones inferiores a 2 mm. El método estándar para `rpbar estos valores se recoge en la norma EN 14045.
  • El material no debe tener efectos negativos sobre el proceso de compostaje.
  • Concentración de metales pesados en el material dentro de unos límites establecidos.
  • Valores de pH dentro de los límites establecidos.
  • Contenido salino dentro de los límites establecidos.
  • Concentración de sólidos volátiles dentro de los límites establecidos.
  • Concentración de fosforo, nitrógeno, magnesio y potasio dentro de los límites establecidos por la norma.

 

Qué es la huella ecológica y cómo calcularla

Qué es la huella ecológica y cómo calcularla

Para llevar una vida más sostenible desde el punto de vista ecológico, uno de los primeros pasos que podemos dar es el de consumir productos que nos ayuden a reducir nuestra huella ecológica. Esta es una buena forma de comenzar a cuidar el planeta porque, al contrario que otras actitudes, no necesariamente conlleva un cambio traumático de hábitos, sino simplemente el cambio de algunos productos de consumo cotidiano por otros equivalentes menos agresivos con el medio ambiente. Pero, ¿qué es la huella ecológica y cómo se relaciona con la sostenibilidad?

Huella ecológica y biocapacidad

Concebida en 1990 por Mathis Wackernagel y William Rees en la Universidad de British Columbia, la huella ecológica mide los activos ecológicos que requiere una población para producir los recursos naturales que consume, como pueden ser:

  • Alimentos de origen vegetal
  • Productos de fibras vegetales como el algodón
  • El ganado
  • Los recursos pesqueros
  • Productos forestales
  • El espacio para las infraestructuras

También se tiene en cuenta la capacidad del medio necesaria para absorber tanto sus desechos como las emisiones de carbono.

Por tanto, en relación con estos recursos, para el cálculo de la huella ecológica se establecen séis categorías de áreas productivas:

  • Tierras de cultivo
  • Tierras de pastoreo
  • Zonas de pesca
  • Tierras edificadas
  • Áreas forestales
  • Demanda de carbono en la tierra

Al otro lado de la balanza, la biocapacidad es la capacidad del medio para regenerar los recursos consumidos. Representa por tanto la productividad de sus activos ecológicos.

 

Sostenibilidad y huella ecológica

Tanto la huella ecológica como la biocapacidad se expresan en hectáreas globales: hectáreas estandarizadas y comparables a nivel mundial con la productividad promedio mundial. De este modo, la huella ecológica de cada territorio se puede comparar con su biocapacidad.

Este balance constituye una buena manera de estimar la sostenibilidad de una forma de vida. Siempre que la huella ecológica de una determinada población que explota un territorio se mantenga por debajo o al mismo nivel que la biocapacidad de ese territorio, podemos decir que dicha población mantiene un modo de vida sostenible.

Si la huella ecológica de una sociedad excede la biocapacidad de la región, esa región tiene un déficit ecológico. Su demanda por los bienes y servicios que sus tierras y aguas pueden proporcionar (frutas y verduras, carne, pescado, madera, textiles y absorción de dióxido de carbono) supera lo que los ecosistemas de la región pueden renovar. Una región en déficit ecológico satisface la demanda importando, liquidando sus propios activos ecológicos (como la pesca excesiva) y / o emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera.

Si la biocapacidad de una región supera su huella ecológica, se dice que tiene una reserva ecológica.

Huella ecológica y regeneración de un terreno

Calculadora de huella ecológica

Si quieres calcular tu huella ecológica, te proponemos dos sencillas herramientas con enfoques distintos.

La primera la encontrarás en http://www.vidasostenible.org/huella-ecologica/

Se trata de una encuesta en la que irás respondiendo a diferentes preguntas sobre tus hábitos de consumo y condiciones de vida.

Finalmente, te expresará el resultado de una manera poco científica pero muy fácil de entender: te dirá cuántos mundos serían necesarios para vivir si todo el mundo tuviera tu estilo de vida.

La segunda, está más relacionada con el concepto de cáculo por categorías de áreas productivas del que hemos hablado y la encontrarás en http://www.tuhuellaecologica.org/

 

 

Intalación fotovoltaica doméstica

Intalación fotovoltaica doméstica

La energía solar doméstica es una fuente de energía renovable que se puede aprovechar para satisfacer las demandas de energía de los hogares sin causar ningún impacto negativo en el medio ambiente. En general, la energía solar es accesible y práctica. Sin embargo, hay algunas desventajas a considerar antes de implementar la energía solar en su hogar.

Como principal fuente de energía para nuestro planeta, el sol nos proporciona sistemas vitales de apoyo a la vida. También alimenta nuestros alimentos y crea gas natural y otros productos que usamos en la vida diaria. Dado que el sol nos proporciona tantos recursos valiosos, tiene sentido utilizar su poder para nuestros propios fines. La energía solar doméstica es una forma ideal de alimentar nuestros hogares con energía limpia y sostenible. Esto se debe a que reduce las emisiones de CO2 y ahorra en costos de combustible mientras nos brinda mucha electricidad para satisfacer nuestras necesidades. La energía solar doméstica no solo promueve el desarrollo sostenible, sino que también es una alternativa rentable a los combustibles fósiles. Por ejemplo, la instalación de un sistema de paneles solares de 10 vatios puede proporcionar suficiente electricidad para un hogar promedio durante un año sin costar un centavo. Además, existen incentivos fiscales disponibles en muchos países que hacen que la energía solar sea aún más asequible. Además, no hay necesidad de comprar costosas baterías o motores de gasolina para tener energía de respaldo cuando no hay sol. Eso hace que la energía solar sea una solución confiable cuando se trata de mantener las luces encendidas y los dispositivos electrónicos en funcionamiento.



Además de brindarnos energía limpia y renovable, el sol tiene muchas otras aplicaciones útiles. Nos da calor, luz y la capacidad de cultivar alimentos y crear otras herramientas y materiales que necesitamos. La energía solar incluso ha ayudado a numerosos países a aumentar su desarrollo económico al proporcionarles formas limpias y sostenibles de generación y distribución de energía. Esto ha traído nueva luz a las áreas oscuras de nuestro mundo donde antes había poca o ninguna electricidad. Además, las escuelas y áreas públicas que funcionan con energía solar han ayudado a aumentar la movilidad entre las personas en regiones pobres o remotas del país.
Aunque existen algunos desafíos asociados con la energía solar doméstica, es una solución ideal cuando se consideran sus ventajas. Al usar la energía del sol para nuestras propias necesidades, podemos ayudar a mantener los recursos naturales de la Tierra junto con estrategias de prevención del cambio climático, como los sistemas geotérmicos de calefacción y refrigeración. Además, la energía solar asequible nos ayuda a mantener un estilo de vida sostenible mientras reducimos las emisiones de CO2 y promovemos el crecimiento económico a través de mayores oportunidades de alumbrado público. ¡El futuro es brillante para la energía solar doméstica!

El problema de los plásticos en el mar

El problema de los plásticos en el mar

Los plásticos son materiales hechos por el hombre que se utilizan ampliamente en la vida diaria. Desafortunadamente, los desechos plásticos no se biodegradan de manera eficiente por naturaleza; esto ha creado una seria preocupación ambiental ya que los plásticos se acumulan en los océanos. Afortunadamente, algunos países han tomado medidas para reducir la cantidad de plástico en el mar al prohibir ciertos tipos de bolsas y contenedores de plástico. Aunque queda mucho por hacer, se agradecen las ideas innovadoras para reducir los desechos plásticos en el océano.

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Los océanos cubren más de dos tercios de la superficie terrestre; son el recurso natural más abundante del mundo y comprenden más de 590 millones de kilómetros cúbicos de agua. Los desechos plásticos se acumulan rápidamente en los océanos y son un problema debido a varios factores. Primero, la vida marina confunde la mayoría de los plásticos con alimentos y, como resultado, se lesiona o muere. En segundo lugar, las corrientes oceánicas transportan desechos plásticos de la tierra al mar y viceversa. En tercer lugar, los desastres naturales como los huracanes interrumpen la circulación oceánica, lo que provoca que más basura se hunda en el fondo del océano y se acumule. Dada la extensión de estos problemas, es alentador ver que algunos países toman medidas para limpiar los océanos.

La vida marina no es lo único afectado por la acumulación de plástico en los océanos. La acumulación de plástico afecta negativamente a los ecosistemas marinos al alterar las cadenas alimentarias y la estructura del hábitat. Con el tiempo, esto puede conducir a la muerte de ecosistemas marinos enteros. Debido a que el plástico no es degradable, actúa como un veneno para la vida marina y tendrá efectos duraderos en su medio ambiente a menos que se maneje adecuadamente. Es por eso que muchos países han prohibido las bolsas de plástico, platos, vasos y otros artículos que filtran químicos dañinos a nuestros océanos. Afortunadamente, hay formas de evitar este problema; Las alternativas biodegradables o naturales a los plásticos pueden ayudar a limpiar el océano sin dañar la vida marina.

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Una forma de reducir el impacto de los desechos plásticos en el océano es cambiar a alternativas biodegradables o naturales. Estos materiales se biodegradan fácilmente por naturaleza; esto permite que la vida marina se lo coma sin sufrir daños. Muchos países han llevado a cabo programas piloto que utilizan alternativas bioplásticas para reemplazar los artículos de plástico en edificios y tiendas gubernamentales. Los resultados fueron positivos; Los productos bioplásticos no dañan la vida marina y, en cambio, ayudan a limpiar nuestros océanos. Si se implementan a nivel mundial, estos planes podrían reducir en gran medida la acumulación de plástico en los océanos sin comprometer la salud o la seguridad de las personas.

El problema de los desechos plásticos en el océano es difícil de resolver sin cambiar los productos fabricados por el hombre por alternativas sostenibles. Los países deben prohibir los desechos plásticos sintéticos peligrosos o implementar planes alternativos sostenibles para limpiar nuestros océanos. Si no tomamos medidas pronto, nuestros océanos se contaminarán gravemente con basura dañina que causará daños ecológicos importantes y muertes de animales.

Reducir el uso diario de plástico

¿A qué llamamos Plástico?

La palabra plástico describe una variedad de materiales con unas características mecánicas, eléctricas y estructurales comunes, utilizados en la fabricación de varios productos. Muchos de nosotros usamos plástico todos los días sin darnos cuenta de las consecuencias. Por ejemplo, no solo usamos plástico para hacer bolsas y envases para comestibles. También usamos plástico para hacer ropa, vasos, mesas, sillas, juguetes y mucho más. Necesitamos encontrar formas de vivir de manera sostenible sin depender de prácticas no sostenibles. Aunque todos los plásticos son útiles, los fabricantes han producido muchos tipos con diferentes características, y no todos se degradan del mismo modo. Además, para muchos de estos usos, ya existen materiales alternativos con características similares para un uso concreto.

Los plásticos tienen muchos usos, y para algunos de ellos cuesta encontrar un sustituto. Esto es lo que hace difícil reducir el uso diario de plástico. Usamos plásticos para fabricar productos que contaminan el aire, el agua y la tierra. Sin embargo, necesitamos plásticos para vivir nuestras vidas, teniendo muchos más usos de los que nos vienen comunmente a la cabeza. Por ejemplo, sin plásticos, no sería posible el uso de la electricidad. Incluso en algunos usos, los plásticos se utilizan en aplicaciones que ayudan mantener nuestro planeta saludable y nuestro ecosistema estable.

A muchas personas les encanta usar productos de plástico, pero prefieren reducir su huella en el ecosistema. Al hacerlo, reducimos nuestro impacto en el medio ambiente al reducir la cantidad de residuos que generamos. También es mejor comprar productos fabricados con materiales menos nocivos. Muchos fabricantes ya han comenzado a usar menos plástico en sus productos. También han comenzado a contratar trabajadores con conciencia ambiental y a operar fábricas ecológicas. Los msteriales alternativos al plástico tienen mucho potencial; solo necesitamos habituarnos a consumirlos con prioridad sobre el plástico.

Reducir el impacto del plástico que usamos

En nuestra vida diaria, es prácticamente imposible dejar de utilizar por completo el plástico. Sin embargo, es importante desechar adecuadamente los artículos de plástico no deseados cuando terminemos de usarlos. cualquiera puede comenzar una recolección de basura comunitaria o una pila de compost si tiene suficiente espacio. De esta manera, reducimos nuestra propia producción de residuos y reducimos la cantidad de plástico que termina en los vertederos. Además, este proceso nos ayuda a reducir el cambio climático al reducir la cantidad de gases de efecto invernadero liberados al aire por las emisiones de metano de los vertederos.

Compostadores hogar y low cost

Pilas de compostaje jardín y de alta gama

Conclusión: usar de forma responsable el plástico

Necesitamos plásticos en nuestras vidas, ya que son útiles para la salud y la comodidad. Sin embargo, muchos de nosotros preferiríamos reducir nuestra huella de carbono reduciendo la cantidad de plástico que usamos. La única forma de combatir las consecuencias del uso excesivo de plásticos es usarlos de manera responsable y adecuada. Conciliar nuestro deseo de comodidad con la sostenibilidad nos ayudará a conservar los recursos y reducir la huella de nuestro ecosistema en el medio ambiente.

Algunos productos alternativos al plástico

 

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